El primer tiempo que jugó Defensa ante Boca fue brillante por donde se lo mire. Tal vez lo mejor de la era Beccacece (y eso que la era Beccacece tuvo producciones muy buenas). Predominio del balón, presión por todos lados, vértigo por los costados y hasta la colaboración de un rival que no podía mantenerse más de 10 segundos con el balón en su poder.
Se probó el centro a Marquez, que volvió a la posición de centro delantero. Blanco condujo de gran manera e incluso se probó de media distancia. Todos esos intentos chocaron contra Andrada, quien fue la figura del partido. Incluso en la única en la que el arquero ya estaba vencido, Lisandro López sacó de la línea un gol casi hecho de Matías Rojas.
Todo eso sumado a un penal que el árbitro no cobró, hizo que sea directamente un milagro el hecho de que Boca se haya ido con el arco en cero al entretiempo. Justo en el arco de los milagros.
En el ST, Boca se adelantó y no le dejó toda la posesión a Defensa. Luego del gol, se sintió el golpe y a medida que pasaban los minutos todos los avances se tornaron mas desesperados. No llegó el empate porque el arquero rival siguió teniendo una noche soñada. Los tres puntos se fueron para la ribera, pero el orgullo por este equipo quedó en Varela.
