Fue imposible entrarle a Colón. La última línea sabalera y la mitad de la cancha comandada por Fritzler le cortaron todos los avances al Halcón, más allá de que en tenencia la supremacía varelense fue total.
Defensa tuvo la pelota hasta tres cuartos de cancha y muchas veces debió retroceder. Lo mejor del equipo de Crespo estuvo por las bandas, con los cambios de frente de Botta en el primer tiempo y los centros de la izquierda.
Ni Viatri, ni el Pulga Rodríguez inquietaron e incluso su participación fue nula. En el complemento Crespo mandó a Pizzini y Leguizamon a la cancha buscando más profundidad pero no la encontró. Fue en ese momento cuando más creció el Sabalero en materia defensiva.