La tenencia de pelota deja de ser una virtud del Halcón cuando ya no crea situaciones claras de gol. Ahí pasa a ser una fortaleza del rival, que cede la pelota y bloquea correctamente, casi de memoria los avances del equipo de Soso. A diferencia del partido contra Argentinos, Newells no le dejó crear una sola chance de gol a Defensa, y como siempre tuvo la ventaja en el marcador casi que ganó sin despeinarse.
Está claro que el tanto tempranero de la Lepra simplificó mucho el trámite para el local. Ahí fue que Defensa buscó el arco contrario de lejos y con los mismos recursos como los pelotazos frontales o los centros que siempre fueron a las manos de Aguerre.
En las que atacó, Newells tuvo el poderío de Leal (el segundo gol llegó gracias a él), la experiencia de Rodríguez y la movilidad de Salinas en el PT. Con eso y la marca de Fernández en mitad de la cancha, supo imponerse.
En el ST, las variantes realizadas por el entrenador solo sirvieron para acumular jugadores rápidos arriba que pretendieron sin éxito desbordar a la pareja última línea rosarina pese a no tener una referencia de área ya que Márquez dejó el partido en el entretiempo. Con el 2-0 la distancia entre ambos se hizo irremontable. Y eso que el Halcón tuvo la pelota, pero si eso no le genera situaciones, entonces le sirve al contrario.