La definición a dos canchas y en simultáneo, hizo que este duelo ante Unión se transforme en uno de los más agónicos y dramáticos de la historia. Defensa debía ganar su partido y Racing debía perder puntos sí o sí. En el primer tiempo no hubo ninguna emoción, así que en todo momento los resultados fueron favorables a la Academia.
La apertura del marcador para los de Avellaneda fue a los 12 del segundo tiempo. En el Tomaghello repercutió automáticamente. Al Halcón ya no le alcanzaba con el empate, estaba obligado a ganarlo y que el Matador lo iguale.
El gol de Unión llegó a los 45. A esa altura Defensa necesitaba tres goles, daba lo mismo cuál fuera la ecuación (dos de Defensa y uno de Tigre o bien dos de Tigre y uno propio). Una misión prácticamente imposible pese a que en ambos estadios se adicionaron seis minutos.
Lo llamativo es que de esos tres goles que se necesitaban, llegaron dos: el primero fue de Tigre pero en el minuto 49. Matías Rojas la metió de tiro libre a los 52 y ahí nomás terminó en Varela. Los jugadores de Defensa se quedaron en el medio de la cancha esperando un gol más del equipo de Gorosito (jugaron tan sólo un minuto más), pero ya no hubo tiempo. Racing se consagraba campeón y el Halcón se quedaba en la puerta.