Si bien los arbitrajes tuvieron mucho que ver en estas últimas dos jornadas, a tal punto que terminaron inclinando la balanza para el lado de Avellaneda, Defensa tuvo sus falencias y hay que reconocerlas. Partiendo de la base de que ante Unión sobró la actitud, la realidad marca que al once de Sebastián se le complicó demasiado el mano a mano con el Tatengue y no lo pudo derrotar.
De entrada, la principal sorpresa fue la inclusión de Aliseda desde el arranque. El juvenil no estaba al cien por ciento en lo físico y por eso debió salir en el primer tiempo. En su lugar ingresó Merlini y pese a que se intentó constantemente, la última línea visitante estuvo muy firme con Gómez Andrade como figura.
Por eso de a ratos el equipo estuvo obligado a probar de media distancia, aunque sin éxito. El gol de Racing en el ST puso más nerviosos a todos. Márquez debió haber ingresado antes, aunque sea para ser referencia de área pero antes que él entró Barrientos. El que debió salir fue González, esto dejó la banda derecha desprotegida y por esa misma vía llegó el tanto de la visita en el minuto 45.
Ese tanto pareció liquidar todas las esperanzas. Luego de eso vino un gol anulado a Defensa y el tiro libre que Rojas mandó a la red. El empate de Tigre le devolvió al Halcón aunque sea por unos pocos minutos, la posibilidad de depender de sí mismo. Pero pasó todo tan rápido que no hubo tiempo para fortalecerse mentalmente. Hubo milagro en Victoria, pero faltó la hazaña en Varela.
