Ezequiel Unsaín fue clave en la clasificación en Cali y ante Belgrano estaba teniendo una labor muy buena también, pero el destino le jugó una mala pasada. En la última y con el partido ya cocinado calculó mal el remate y por no tirarla al corner no puso las manos en su volada. Cuando se dio cuenta la pelota ya estaba en el arco. Se fue del terreno de juego entre lágrimas.